Cada
año el milagro se repite:
El Skrei es fiel a su cita invernal con
las islas Lofoten, desde el amanecer de los tiempos. Su llegada
marca el ritmo de vida de sus habitantes, dando lugar a un sinfín
de leyendas y tradiciones. Skrei es una palabra antigua noruega y
significa el “Nómada”. Se les denomina así por el trayecto que
tienen que realizar para desovar.
El Viaje.
El origen: los
bacalaos viven en el Mar de Barents, en el Océano Ártico. Al
llegar a su madurez sexual, sienten el irrefrenable deseo de migrar
miles de kilómetros para desovar.
El destino:
Tras un largo
viaje, llegan a la zona de las islas Lofoten, un espectacular
archipiélago noruego, ubicado al norte del país.
¿Por qué allí?
En la zona de las Islas Lofoten se encuentran las mejores aguas para
sus huevas, puesto que: son aguas cristalinas, tranquilas y
protegidas por los fiordos. Tienen la temperatura ideal, la más
cálida de la zona gracias al paso de la corriente marítima del
Golfo de Méjico. Es el lugar en el que nacieron, y a él vuelven
para que nazca la siguiente generación.
¿Qué convierte al bacalao en Skrei?
Es precisamente el viaje, los miles de kilómetros a
nado y la alimentación durante la gran aventura, lo que convierte
al bacalao en Skrei. A lo largo de este periplo, su alimentación
se modifica y sus músculos se ejercitan, desarrollando así una
carne firme, blanca y con la grasa suficiente para el desove, que
les requiere mucha energía, sin llegar a ser un pescado graso.